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Que es un Asteroide

Un asteroide es un cuerpo sólido, más pequeño que un planeta y mayor que un meteoroide, que orbita alrededor del Sol en una órbita interior a la de Neptuno.

Vistos desde la Tierra, los asteroides tienen aspecto de estrellas, de ahí su nombre (ἀστεροειδής en griego significa «de figura de estrella»), que les fue dado por John Herschel poco después de que los primeros fueran descubiertos. Los asteroides también se llaman planetoides o planetas menores, denominaciones que se ajustan más a lo que en realidad son, y los engloba en una misma categoría con los cometas y con aquellos cuerpos con órbitas mayores que la de Neptuno (objetos transneptunianos).

La mayoría de los asteroides de nuestro Sistema Solar poseen órbitas semiestables entre Marte y Júpiter, conformando el llamado cinturón de asteroides, pero algunos son desviados a órbitas que cruzan las de los planetas mayores y otros cruzan las órbitas de los planetas interiores, incluyendo la de la Tierra, lo que los hace potencialmente peligrosos.

El 1 de enero de 1801 el astrónomo siciliano Giuseppe Piazzi descubrió el asteroide o planeta menor Ceres, mientras trabajaba en un catálogo de estrellas. Este planeta menor fue denominado Ceres Ferdinandea en honor al entonces rey de las Dos Sicilias, Fernando I. Casualmente Ceres ocupaba un lugar vacío en una ley empírica conocida como Ley de Titius-Bode(1) y fue considerado un planeta durante poco tiempo.

Al descubrimiento de Piazzi le siguieron: Pallas, descubierto el 28 de marzo de 1802 por Olbers,  Juno, descubierto el 1 de setiembre de 1804 por  Harding y Vesta, descubierto el 29 de marzo de 1807 por Olbers, por lo que se comprendió que se trataba no de un planeta, sino de un grupo de cuerpos pequeños y hasta se especuló con la idea de que se trataba de los restos de un planeta destruido. Se creó el nombre de asteroides para designarlos. El siguiente fue Astraea descubierto el 8 de diciembre de 1845 por Karl Hencke.

Hoy se conocen mas de medio millón y se estima que existen cerca de dos millones de asteroides con un diámetro mayor que un km tan sólo en el cinturón principal; sin embargo, si se suman todas sus masas el total equivale sólo al 5% de la masa de la Luna.

Video creado por Scott Manley que muestra los descubrimientos hechos entre 1980 y 2010.

500 mil asteroides descubiertos en los últimos 30 años, comprimido en un lapso de 3 minutos. Viendo el video es fácil encontrar patrones de exploración a medida que pasa el tiempo. Por ejemplo, muchos se dan en posiciones exactamente opuestas al Sol.

Pero más adelante se hacen un gran número de descubrimientos en el área entre la Tierra y Júpiter, producto de sondas enviadas a ese planeta. A mediados de la década de los 90 varios sistemas de escaneo del cielo se pusieron en marcha por lo que el ritmo de descubrimientos aumenta considerablemente.

Casi al finalizar el video, cuando empieza el año 2010 un nuevo patrón de descubrimiento es evidente (y mucho más masivo), es producto del telescopio espacial WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer* o Explorador Infrarrojo de Campo Ancho) encargado de escanear el cielo 1,5 veces durante seis meses, circulando alrededor de la Tierra por los polos y sacando imágenes por medio de un sensor infrarrojo de unos 40 centímetros de diámetro.

En marzo de 1961 se registraban 1627 asteroides con órbitas conocidas, de los que catorce se encontraban en órbitas con períodos coincidentes con el de Júpiter, en torno de los 60º al Este o al Oeste.

Ya en 1772 Lagrange había calculado que un cuerpo menor que se encontrara en esa posición respecto de un planeta, en la misma órbita, formando un triángulo equilátero con el Sol y el Planeta sería estable y se mantendría cerca de ese punto. Lagrange había calculado 5 puntos de estabilidad, L1, L2, L3 y el punto 60º al Este del Planeta se llama L4 y el que lo sigue detrás (al oeste) se llama L5.

Los asteroides encontrados en esas regiones (L4 y L5) se llamaron Troyanos.
Desde la redefinición de planeta de 2006 llevada a cabo por la Unión Astronómica Internacional, el término clásico asteroide no desaparece sino que se lo incluye dentro de los denominados cuerpos menores del Sistema Solar (excepto Ceres, que se cataloga como planeta enano), junto con los cometas, la mayoría de los objetos transneptunianos y cualquier otro sólido que orbite en torno al Sol y no tenga suficiente auto gravitación como para alcanzar la forma esférica.

Durante mucho tiempo se pensó que los asteroides eran rocosos, carbonáceos o metálicos, en los últimos tiempos se sabe que muchos de ellos tienen abundante hielo de agua. Nuestra información sobre la composición de los asteroides proviene de los meteoritos, restos de bólidos encontrados en el suelo, y lógicamente si tenían agua no queda nada de ella en el meteorito. El estudio espectroscópico amplió el conocimiento de la composición superficial de los asteroides y continuamente nuevos meteoritos amplían más esa lista. Los últimos informes dan cuenta de la existencia de amoníaco en un meteorito de la Antártida.

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